El terrible drama se suscitó en las calles Reforma Urbana y Esperanza, de la referida colonia hasta donde acudieron agentes de tránsito, peritos en criminología, policías preventivos y personal del grupo de homicidios de la policía ministerial del Estado.
Familiares de la infortunada víctima que llegaron al lugar, no daban crédito a los que sus ojos miraban, de notar a su ser querido muerto en forma grotesca por las pesada llantas de dicha unidad motriz; en tanto los policías de ese sector tenían arriba de la patrulla al responsable para evitar un atentado por parte de la familia.
Jesús González de la Cruz, perito de tránsito que tomo conocimiento identificó al occiso como Constantino Hernández Chávez, quien contaba con 49 años y vivía en la calle Sor Juan Inés de la Cruz número 4 de la colonia Las Delicias.
El cafre responsable que conducía un camión F-350 con placas WH-25-139 responde al nombre de Marco Antonio Torres Cervantes, de 42 años que dijo residir en la colonia Azteca, cerca de donde ocurrió la lamentable tragedia.
Al ser abordado por los agentes ministeriales, el conductor del camión repartidor de agua señalo, que el circulaba por la calle Esperanza, pero al llegar a la Reforma Urbana en vez de cruzar ech+o reversa sin percatarse que atrás pasaba la víctima a la que aventó al suelo para luego pasarle por su cabeza las llantas traseras del lado derecho.
Señalo el chofer que al sentir el golpe frenó, pero ya nada había que hacer pues los neumáticos habían destrozado la cabeza del infortunado sujeto que tuvo exposición de masa encefálica, quedando esparcidos residuos de ella cerca de las llantas de la unidad, así como en la gorra que traía.
Finalmente luego de que los peritos de Técnicas de Campo de Servicios Periciales levantaron evidencias, la licenciada Alma Leticia Carranza Gómez, fiscal de la Agencia quinta del Ministerio Público dio fe de los hechos, ordenando a los de la funeraria llevaran el cuerpo al Semefo para la necropsia de ley.
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